Científicos descubren el segundo agujero azul más grande del mundo en Bahía de Chetumal

Científicos descubren el segundo agujero azul más grande del mundo en Bahía de Chetumal

Taam Ja’, que en lengua maya significa “agua profunda”, posee un área de 13 mil 690 metros cuadrados de superficie y una profundidad de 274.4 metros bajo el nivel del mar

Cancún.- El segundo agujero azul más profundo del mundo, que recibe el nombre de Taam Ja’, fue descubierto por investigadores del Colegio de la Frontera Sur (ECOSUR) en la Bahía de Chetumal, en Quintana Roo, institución que ha dado a conocer el hallazgo.

Los muestreos, expediciones de buceo, introducción de ecosondas, perfiladores CTD (conductividad, temperatura y profundidad, por sus siglas en inglés) y la recolección de muestras de agua realizados en el sitio iniciaron en septiembre del 2021.

Los resultados revelaron que el Blue Hole Taam Ja (TJBH, por sus siglas en inglés), posee un área de 13 mil 690 metros cuadrados de superficie y una profundidad de 274.4 metros bajo el nivel del mar.

Esto lo convierte en el segundo agujero azul más hondo, después del “Sansha Yongle” localizado en China –con 300 metros de profundidad– pero en el primero en identificarse en un sistema estuarino, como lo es la Bahía de Chetumal, cuerpo de agua que se extiende sobre un área compartida entre México y Belice, con profundidades de 2 a 5 metros.

Así es la Bahía de Chetumal 

La Bahía de Chetumal cuenta con varias entradas de agua dulce y conexiones a sistemas de lagunas adyacentes y manantiales subterráneos, con intercambio de agua salina, de acuerdo con un artículo de investigación publicado el pasado 23 de febrero, por Juan Alcérreca, Teresa Álvarez, Laura Carrillo, Laura Florez, Óscar Reyes y Joan Sánchez, investigadores del Ecosur, a quienes se atribuye el hallazgo del Agujero Azul.

“La investigación resultó en el descubrimiento de la segunda formación de agujero azul más profunda conocida en todo el mundo, con profundidades de agua máximas registradas de 274.4 metros bajo el nivel del mar. 

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“El desarrollo de un agujero azul excepcionalmente profundo dentro de la bahía de Chetumal tropical poco profunda es digno de mención y probablemente esté asociado con cambios glacioeustáticos en el Caribe de la costa de Yucatán, donde se desarrollan sistemas kársticos de tipo intermedio”, se resalta en el artículo científico.

Taam Ja’ –que en lengua maya significa “agua profunda”– es descrito por las y los científicos que lo descubrieron como un agujero sumergido con forma casi circular en su superficie, con laterales empinados con pendientes de 80 grados, que forman una gran estructura cónica cubierta por sedimentos, piedra caliza y repisas de yeso.

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Su boca se encuentra a una profundidad de entre 4.5 y 5 metros bajo el nivel del mar y sus propiedades del agua cambian significativamente –se lee– con gradientes de temperatura y salinidad. 

El hallazgo es considerado de gran relevancia para la investigación marina y representa además una ventana para obtener información de cómo eran el ambiente y el clima hace miles de años, lo cual puede ayudar a la comprensión de los procesos ambientales y geológicos, la conectividad de los acuíferos y el origen de agua de estos sistemas hidrogeológicos”, indicó el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt).

Con base en el trabajo de las y los investigadores involucrados, la institución explicó que las fosas marinas y los abismos marinos se forman paulatinamente a lo largo de siglos y milenios por movimientos de placas tectónicas, alcanzando hasta 11 mil metros de profundidad.

En tanto, los agujeros azules se forman debido a procesos de fracturación, disolución y colapso de suelos, como los pertenecientes a la plataforma de roca caliza de la península de Yucatán y “son motivados por movimientos de entrada y salida de agua marina, inundaciones u oscilaciones del nivel del mar durante los periodos glaciares e interglaciares”.

En el artículo científico se aclara que ésta, es la primer investigación sobre el Agujero Azul que, sin ser exhaustiva, permitió explorar sus características geomorfométricas y fisioquímicas; se sugiere realizar más estudios, se considera necesario monitorear los cambios temporales de sus características y explorar el intercambio de agua con el estuario circundante de la Bahía.

Se advierte además que la ubicación cercana del Blue Hole a las costas de México y Belice implicará, inevitablemente, un aumento de visitantes locales y extranjeros, el desarrollo de actividades económicas y muy probablemente presión ambiental.

“Es posible que se requieran medidas regulatorias, aunque el agujero azul forma parte de la reserva estatal Santuario del Manatí. 

“Actualmente, la población local no tiene conocimiento de la existencia del TJBH. Por lo tanto, los autores alientan a la comunidad científica a explorar, monitorear y ampliar las investigaciones del TJBH para sentar las bases adecuadas para la apropiación social responsable en el futuro cercano”, se indica.

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