La travesía de los leones ‘Jacob’ y ‘Tibu’ en un río lleno de cocodrilos, la más larga jamás registrada
Científicos filman cómo la lucha por hembras con otros machos los llevó a abandonar su territorio en Uganda en busca de un nuevo hábitat para sobrevivir
Jacob es el león más resistente de África. Sobrevivió a la cornada de un búfalo, su familia fue envenenada y vendida en el mercado negro de partes de león y perdió una pata al caer en una trampa de cazadores furtivos. “Realmente es un gato con siete vidas”, bromea el biólogo Alexander Braczkowski, que lo ha seguido de cerca durante años. Por si fuera poco, recientemente Jacob ha vuelto a demostrar su capacidad de resistencia al cruzar un río repleto de cocodrilos e hipopótamos junto a su hermano Tibu, la mayor travesía a nado jamás registrada en su especie. El motivo: la escasez de hembras en el Parque Nacional de la Reina Isabel (Uganda), que ha llevado a estos dos felinos a buscar un nuevo horizonte que garantice su supervivencia y capacidad reproductiva.
En la oscura noche del 1 de febrero de este año, los dos leones macho se posaron frente al canal de Kazinga sabiendo que les esperaba un arriesgado viaje. En estas peligrosas aguas, que en algunos puntos alcanzan seis metros de profundidad, habitan depredadores de cinco metros, más del doble de su tamaño. Su destino, la orilla del otro lado, les esperaba a un kilómetro y medio. Pero ni Jacob ni su hermano Tibu se amedrentaron. Cruzar era la única forma de sobrevivir.
El equipo del biólogo se encontraba ahí en primera fila, con cámaras y drones para registrar la travesía. Cruzar les costó tres intentos a los hermanos. Durante el segundo, el dron que los seguía captó con la detección de calor lo que podía ser un cocodrilo o un hipopótamo acechándolos, obligando a los leones a retroceder rápidamente a la orilla. Poco menos de una hora después, el camino parecía despejado y siguieron adelante hasta cruzar el canal. Braczkowsi, que trabaja con la Universidad de Griffith en Australia y la Universidad del Norte de Arizona (Estados Unidos), y ha estudiado a los leones desde 2017, describe la hazaña como “bastante dramática”. Describe sus hallazgos en un artículo publicado este miércoles en la revista Ecology and Evolution.
De todas las habilidades que tienen los reyes de la sabana, nadar no es precisamente una de ellas. Los trayectos más largos registrados en esta especie varían de 10 a 300 metros y algunos resultaron en muertes por ataques de cocodrilo. En la búsqueda de los investigadores encontraron indicios de que otros leones han nadado una distancia cercana a un kilómetro entre la orilla del lago Kariba y una de sus islas, ubicado en la frontera entre Zambia y Zimbabue, pero no existe evidencia en vídeo. “La hazaña de Jacob y Tibu es un récord y una muestra asombrosa de resistencia”, detalla el autor.
Fueron las condiciones locales las que llevaron a los hermanos a asumir el riesgo: la competencia por las leonas en el parque es feroz. Tan solo unas horas antes de la travesía habían perdido una pelea por territorio contra otros machos y permanecer en la zona podía ser peligroso para ellos. Los investigadores ven probable que esa derrota los haya empujado a emprender el viaje, en un intento por llegar a las hembras cuyos rugidos escuchaban al otro lado del canal. Los machos no tienen una esperanza de vida muy larga, en especial si están heridos, por lo que es vital reproducirse.
Para Braczkowski, este comportamiento es un síntoma directo del desequilibrio de sexo entre los leones y la disminución de población en la zona. En tan solo cinco años, han pasado de 71 ejemplares a unos 40 a día de hoy. La presión humana y la caza empeoran la situación: al menos 17, en su mayoría hembras, fueron envenenados por residentes cercanos, presuntamente para proteger su ganado. Los machos superan en número a las hembras en una proporción de dos a uno.
Desde 2018, Jacob y Tibu forman parte de los 11 leones a los que el equipo de las asociaciones WCS Uganda y Lion Recovery Fund colocó collares con rastreo GPS. Esto les has permitido monitorear los movimientos de los ejemplares en tiempo real y minimizar las muertes causadas por la caza y otros conflictos entre humanos y vida silvestre.
“El hecho de que estos hermanos hayan logrado sobrevivir tanto tiempo es un logro en sí mismo”, expresa Braczkowski. Su travesía es un claro ejemplo de las difíciles decisiones que tienen que tomar las especies silvestres solo para encontrar hogar y pareja “en un mundo dominado por humanos”, concluye el autor.