Niña prodigio en Ecuador tiene 13 años y comenzará a estudiar ingeniería en sistemas en la universidad
Emily Ulloa inventó un robot que ayuda a expresar las emociones de los niños autistas
Emily Ulloa López es la primera superdotada de Manabí en Ecuador. A sus 13 años, esta alegre niña manabita se ha convertido en la representante más destacada en el campo de la robótica. También en la más joven. Además de sus habilidades, alta inteligencia, expresa con absoluta precisión sus ideas.
En una entrevista para Teleamazonas aseguró que no le gusta que le llamen “genio”. Ella no es eso, aseguró con la candidez de una niña de su edad, que solamente se anticipó a entender algunos conocimientos y que solo está adelantada en algunos años en el sistema de educación formal. Que ha podido “generar ciertas habilidades más desarrolladas que el promedio incluso el desarrollo de las capacidades en la parte emocional”.
Emily participó en diversos programas científicos y cibernéticos desde muy pequeña. Fue promovida de sexto a octavo año de educación primaria, según un informe del 14 de mayo de 2018 del Ministerio de Educación del del Ecuador en el que se constató su alto nivel de conocimientos. Este ascenso se realizó luego de pasar la prueba de inteligencia solicitada por sus padres Luis y Juliana.
En la casa de los Ulloa López, ubicada al nororiente de Manta, Emily tiene instalado su laboratorio. Sus padres son ingenieros de sistemas y eso facilita mucho las cosas. El interés de Emily en la robótica proviene precisamente de las personas que la rodean. Además de sus padres, que son creadores de programas informáticos, su tío, Miguel López, es un experto en electrónica.
A los 6 años, la niña participó en un concurso organizado por la Asociación Ecuatoriana de Robótica en Quito. Allí compitió con jóvenes de todo el mundo. Su proyecto, un robot llamado Dine-Robotini y que fuera un modelo probado en Manta, se construyó para ayudar a los niños con autismo. El robot que reconoce ordenes en 4 botones mezcla conocimientos en cibernética, pediatría y neurología y busca traducir las emociones de los niños autistas al momento de comunicarse con sus padres. El jurado destacó el modelo como ganador del concurso.
El certamen marco un hito en la vida de Emily que desde entonces conquistó una gran reputación científica a nivel internacional. Luego de la competencia, asistió como invitado especial a Campus Party Quito 2015, donde compartió sus experiencias de investigación con celebridades en el campo de la investigación cibernética. Varias universidades en Cuenca, Quito, Guayaquil en Ecuador, y Nueva York en los Estados Unidos, la invitaron para compartir sus experiencias con los estudiantes de sus aulas. También fue conferenciante en TedxQuito.
Durante 9 años, Emily ha estado ocupada en nuevos proyectos científicos. Sin embargo, sigue viviendo la vida de una adolescente de su edad. Tiene amigos de diferentes edades con los que comparte su tiempo libre, mientras trabajaba, por ejemplo, en el diseño de una prótesis para un gatito callejero. En su sala de estudio se divide entre su laptop y la impresora 3D que consiguió a mitad de precio gracias a las conferencias que dio en la Universidad de Guayaquil.
Emily descartó la posibilidad de establecerse por ahora en los Estados Unidos y de recibir una visa O-1 otorgada a personas con habilidades y logros extraordinarios. Rechazó esta oferta porque tendría que vivir lejos de sus padres. Actualmente continuará sus estudios universitarios de ingeniería en sistema informáticos en la Escuela Politécnica del Litoral, la mejor en ciencias del Ecuador según varios ránquines internacionales.
Aseguró a Teleamazonas que “se debe permitir a los niños que exploren sus habilidades”, que los adultos no teman al desarrollo de las capacidades de los niños, que no crean equivocadamente que no vivirán su niñez por esto, que en su caso “se confunden porque esté en otros ámbitos, en ámbitos de adultos o de charlas o incluso por mi forma de expresarme. Sea como sea, yo sigo siendo una niña”.