CALAVERITAS DE LA REGÍON

Candidatos a la presidencia de Tula

Ya los aspirantes de Morena a la

presidencia de Tula, listos estaban

para la competencia.

Los dedos se tronaban y sólo la señal de

su movimiento esperaban para iniciar

sus campañas proselitistas.

Sin embargo, fríos se quedaron cuando

vieron que la huesuda se les apareció y

con gran firmeza el dedo de una mano movió.

Aquí nadie se muere, la calavera advirtió.

No quiero más campañas ni mentiras

a la gente, les indicó.

Hasta yo estoy cansada de tantas

promesas y falsedades.

Ya no quiero que engañen a los tulenses

y por eso un escarmiento les voy a dar.

Y la Catrina su advertencia cumplió,

uno a uno las patas les jaló

y al panteón se los llevó.

Ahora vagan en el camposanto gimiendo

y llorando con resignación.

Obra del río Tula

Los tulenses lloraban y lloraban

y consuelo a sus tribulaciones

no encontraban.

Primero fue la inundación que sin nada

 los dejó y ahora la obra

de la Conagua en el río Tula.

Y es que muchas grietas a casas

y negocios causó y destruido vieron los

 dueños lo que tanto trabajo les costó.

Consuelo no encontraban, pues nadie

les ayudaba y ninguna autoridad

en el problema se interesaba.

La Conagua no escuchaba

las demandas de la población

y responsable no se hacía

de los daños que provocaba.

Los llantos de tristeza a oídos

de la calaca llegaron y fue la única

que las plegarias escuchó.

Un buen día, en la obra del río

se apareció y estupefactos los trabajadores

se quedaron y a correr se echaron.

¡Vengan acá! la catrina les gritaba,

mientras con un gran palo los perseguía.

Corrieron y corrieron por la orilla

 del río hasta que la huesuda

los alcanzó y al más allá se los llevó.

Dicen que desde lo lejos

un gran fuego se observaba y muchos

quejidos se escuchaban mientras que

los cuerpos de los trabajadores

muy doraditos se observaban.

La presidencia de tula

La presidencia de Tula se levanta

y muchas calaveritas ayudan al nuevo alcalde,

el Doctor Mario Francisco Guzmán.

Movidas andan las huesudas en

el ayuntamiento recogiendo y ordenando

todo el desorden que el expresidente

Manuel Badillo dejó.

Presurosas van y vienen

 a las órdenes del Doctor, quien muchas

ganas tiene de ver que Tula mejore

y su gente tenga bienestar.

Ahora ya no hay corrupción ni desfalcos,

pues las calaveritas nada necesitan

y sólo brindan su apoyo al gran doctor.

Tula poco a poco se levanta y los cambios

ya se notan en calles, plazas y colonias,

donde las obras resaltan gracias

a la gran colaboración de las huesudas.

Finalmente, la felicidad llegó

a la población y todos contentos están,

pues ya nadie roba y a Tula

llegó la honestidad.

Alcalde prófugo de la justicia

El ex alcalde de Atitalaquia, Agustín

Hernández Olguin, huía de la justicia y

 hasta debajo de las piedras se escondía.

Ya lo busca la policía por el desfalco

 de 27 millones a la Alcaldía

y hasta hay una orden internacional

para su detención.

El astuto edil creía que a todos burlaría,

pero cual fue su decepción que la

Catrina lo encontró en un oscuro lugar.

A todos querías engañar, pero a mí

me las vas a pelar, la huesuda le dijo.

Agustín pretendía huir

pero la muerte del cuello lo agarró

y al camposanto se lo llevó.

Ya permanece en la cárcel del panteón

y junto con Manuel Badillo, ambos lloran

su desgracia y pagan una larga condena

vagando como almas en pena.

LA REGION

Muy apurado estaban reporteros

y la redacción de LA REGION,

pues las noticias no podían esperar

y a los lectores había que informar.

En su trabajo estaban y la Catrina

desde lejos los observaba.

 “Esto nos hace falta en el panteón,

un periódico y redes de internet”,

se dijo la huesuda.

Y sin más a todos los de LA REGION

se llevó y ahora informan en el más allá.

El mundo de las calacas finalmente

información recibe y todos muy felices están.

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