Tensión, empate y terror
El Barcelona y el Real Madrid no pasaron del empate sin goles ayer, en un clásico liguero español marcado por los incidentes violentos protagonizados por independentistas catalanes.
El miedo a la movilización convocada por la plataforma Tsunami Democrático había llevado a la aplicación de un fuerte dispositivo de seguridad, que finalmente tuvo que actuar contra radicales violentos fuera del estadio durante el partido.
Estos manifestantes independentistas se enfrentaron a la Policía levantando barricadas con contenedores incendiados y tirando objetos a los agentes, en unos incidentes en los que 12 personas tuvieron que recibir atención médica, mientras en el interior del estadio se pedía al público evitar a la salida el lugar de los enfrentamientos.
Antes de esto, miles de personas habían cortado el tráfico a las puertas del Camp Nou, sin mayores problemas.
La protesta tuvo una continuación dentro del estadio con la exhibición de pancartas con el lema: “Spain, sit and talk (España, siéntate y dialoga)”, para pedir una charla entre el gobierno central y las autoridades regionales independentistas.
Las pancartas volvieron en algunas ocasiones durante el partido, que finalizó sin goles y dejó a ambos clubes empatados en la cima con 36 puntos, aunque con mejor diferencia de goles para los culés.
El encuentro empezó tenso, con los dos equipos presionando arriba en busca del error del contrario, pero con el paso de los minutos empezó a mostrarse más dominador el Madrid.
Los blancos se hicieron con el centro del campo, donde el joven uruguayo Federico Valverde se desvivió para ayudar en ataque y defensa.
Al cuarto de hora, Casemiro remató de cabeza un balón en el área, que sacó sobre la línea Gerard Piqué (16’).
El central azulgrana, junto al meta Marc André ter Stegen, fueron los baluartes del Barcelona en sus momentos de mayores apuros.
El Barça empezó a reaccionar, liderado por su capitán Lionel Messi, que se echó el equipo a la espalda y antes de la media hora tuvo su gran ocasión.
El argentino cazó un mal rechace de Thibaut Courtois, pero su disparo a gol lo sacó cayéndose Sergio Ramos (26’), quien se convirtió ayer en el jugador que más veces ha jugado el clásico, con 43 encuentros.
Messi volvió a aparecer poco después para poner un balón a la espalda de la defensa, donde estaba Jordi Alba, quien mandó fuera su disparo.