Imposible que el beisbol se juegue sin público

Imposible que el beisbol se juegue sin público

Con la alfombra roja y fuegos artificiales listos, los Diablos Rojos del México pusieron una pausa a los festejos por su aniversario 80, debido a la suspensión de la Liga Mexicana de Beisbol (LMB), por el COVID-19.

Los Pingos están conscientes de que las novenas no pueden jugar a puerta cerrada, ya que la compra de boletos es fundamental para su negocio.  

“A pesar de que don Alfredo Harp Helú pueda ingeniar algún plan por su enorme amor que tiene al beisbol, la mayoría de los equipos no van a hacer un gasto que implique un deterioro al patrimonio de la organización.

“Con los montos que se cubren por parte de las televisoras, en el caso de aquellas que pagan los derechos de los juegos, no alcanza absolutamente para nada. Es prácticamente imposible abrir sin público”, aseguró el doctor Othón Díaz, presidente ejecutivo del conjunto escarlata.

Esto se debe a que en gran medida las franquicias generan más de 70 por ciento de sus ganancias anuales en el boletaje de los estadios.

Tan sólo el año pasado, la LMB tuvo un aumento de 37.84 por ciento en la asistencia a sus 16 inmuebles. Los tres millones 350 mil 330 fans que entraron en los juegos de 2018 pasaron a cuatro millones 618 mil 131 aficionados el año pasado.

Por su parte, los Diablos Rojos presentaron un crecimiento del 238.83 por ciento en asistencias. Esto gracias a que estrenaron su nuevo estadio, el Alfredo Harp Helú, con capacidad para 20 mil 576 aficionados, en contraste con los cinco mil del Fray Nano.

En tanto, la pérdida de empleos es una constante preocupación que se vive en la cuarentena, aunque los escarlatas han mantenido a toda su plantilla.

“Don Alfredo ha hecho un gran esfuerzo, sobre todo con aquellas personas, cuyas características de sus contratos no establecen una continuidad; lo que se hace es que haya la permanencia del mayor número de personas. En la plantilla laboral de Diablos nadie ha causado baja”, dijo Díaz.

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