Empeños: los salvavidas ante crisis por COVID-19
Desde hace varios años, Dulce acude al empeño para enfrentar la crisis económica. Ella prefiere dejar sus joyas por las que obtiene más de 50 mil pesos como depósito, en vez de pedir un préstamo bancario, en el que tendría que pagar intereses altos.
Por seguridad, la vecina de Atizapán acude a una casa de empeño del centro de la Ciudad de México, en donde percibe mayor vigilancia. “El Estado de México lo siento inseguro, de todas formas me voy chilapastrosa, en tenis, sin maquillar, para no llamar la atención. Esas alhajas no las voy a usar nunca debido a esta situación, pero me permiten subsidiar gastos, en lo que recupero pagos de clientes”, comentó Dulce.
El pico de aumento en el número de empeños registrado cada año tras la cuesta de enero entre los ciudadanos mexiquenses se ha mantenido durante todos los meses de la contingencia por COVID-19, aseguró Joel Rodríguez Navarro, director general de la Asociación Mexicana de Empresas de Servicios Prendarios (Amespre). Destacó que en un año atípico como este resulta complicado medir el incremento, pero el repunte observado desde febrero no regresó a la normalidad como ocurre comúnmente.
Es difícil compararlo con el año pasado por las condiciones atípicas de la pandemia, sin Semana Santa; pero el hecho de que se mantenga el ritmo de empeño sí significa, en términos reales, un aumento”, explicó.
El Edomex es la entidad con más presencia de sucursales de Amespre, con 400 de las tres mil 500 que tiene a nivel nacional.
El mayor número de empeños se registra en Ecatepec, Nezahualcóyotl y Chimalhuacán, donde nueve de cada 10 clientes recuperan sus pertenencias; en el resto son ocho de cada 10.
El 70 por ciento de los empeños son aparatos electrónicos, como celulares, tabletas, pantallas y videojuegos; el resto son herramientas, instrumentos musicales, artículos varios, automóviles, joyería y motocicletas.