Angustia y temor de tulenses por las lluvias
* La gente que resultó afectada por la inundación sufre entre la pobreza, la depresión y las enfermedades
Con incertidumbre, angustia y miedo viven los pobladores de Tula que se vieron afectados por la inundación del 6 y 7 de septiembre del año pasado, quienes temen perder lo poco que les quedó con las lluvias que ya están a punto de llegar, sobre todo porque ven que la limpieza y desazolve en el río Tula muy lentos y en algunos puntos los trabajos son casi nulos, pues ni siquiera han sacado unidades vehiculares que se quedaron en el cauce del río.
Los afectados piden a la autoridad municipal, estatal y federal que asuman con responsabilidad cada acción a realizar para evitar que se vuelvan a inundar, ya que de lo contrario, podría haber más pérdidas de vidas, algunas simplemente por la angustia y la presión de vivir con miedo y pensando que el agua negra nuevamente ingrese a sus hogares.
SIN DINERO PARA RENTAR EN OTRO LUGAR
Una vecina de la calle Manuel Doblado, en la colonia centro, con lágrimas en los ojos y con voz entrecortada, relató que “vive sin vivir”, ya que el miedo que le dejó la pasada inundación, ahora se ha agudizado por el desconocimiento de no saber si este año se volverán a inundar.
Señaló que quedó en una total pobreza que no le permite tomar acciones que no sean vivir en su domicilio, el cual hasta el momento desprende un fétido olor que parece no querer salirse de sus paredes, las cuales quedaron dañadas al igual que el piso y techo de su casa, que quedó casi totalmente cubierta por el agua negra que se salió del río Tula.
Este año la angustia se redobló en ella luego de ver las condiciones de vida en las que se encuentra, sobre todo, al ver que muchas ocasiones le es muy difícil sortear los gastos de una crónica enfermedad que padece su hija, situación que no le permite ni siquiera poder pensar en la posibilidad de salirse de su vivienda, como otros más de sus vecinos que se han ido a rentar un inmueble en la parte alta de esta ciudad.
Ella quedó destrozada anímicamente, tanto que hace todo lo posible por salir adelante, pero el dolor, la pobreza y el miedo que genero la pasada inundación no permite que pueda tomar decisiones importantes.
VIVEN EN UNA CASA A PUNTO DE CAERSE
Otro de muchos casos es el de una familia de la colonia La Mora, quienes viven en su casa que quedó muy dañada por el agua, las paredes están cuarteadas y ya les dijeron que primero tienen que arreglarla y apuntalar las trabes para que no se vaya a caer, sin embargo, no tienen dinero y han tenido que meterse a vivir ahí, aun con el riesgo que esto representa.
La mamá de la familia, ya de la tercera edad, sufre depresión porque estuvo a punto de morir ahogada entre el agua negra, lo perdieron todo y hoy tuvo que estar hospitalizada varias semanas porque se le subió el azúcar y padece de la presión.
La tristeza y desesperación se ha apoderado de esta familia que vive a un costado de los escombros y la contaminación que les dejó destrozado el patio de su casa, pero no tienen dinero para arreglarlo ya que sólo cuentan con los pocos ingresos que les da un puesto de tacos que tienen en El Llano.
Ante ello, piden a todos aquellos ciudadanos que los pudieran apoyar con algún recurso o blocks para apuntalar su casa, que se puedan comunicar al cel. 773-119-47-86.
Las lluvias se encuentran cerca y es una situación que genera angustia entre la población que cuando escucha tronar la lluvia en el cielo y piensa en esa agua que una vez más dañará su poco patrimonio, hoy el panorama podría no ser de otra manera, pues aseguraron los vecinos que los trabajos que se hacen en el río Tula no han sido adecuados.
Estos trabajos van lentos, aún hay dentro del río troncos, vehículos y más objetos además de los lodos que no han sido extraídos. No hay ni hubo atención médica, psicológica, solo abandono que se puede agudizar si este año el agua se sale de su cauce.
Finalmente, la población exige a sus diputados, senadores y a sus presidentes y gobernador a que redoblen los trabajos y a que se les mantenga informados, ya que en los últimos días se ha generado información que de pronto simplemente es alarmante y eso genera desestabilidad y desgaste emocional que los hace «vivir sin vivir».
