“La aprobación del aborto en Hidalgo fue precipitada y sin consultar a ciudadanos”
*Obispos de la Iglesia Católica piden que el gobernador ejerza su derecho de veto para impedir que entre en vigor
“La iglesia católica en defensa de la vida humana desde su concepción y hasta su fin natural” es un derecho humano universal reconocido en los tratados internaciones, sin embargo, la aprobación que hizo el Congreso del Estado sobre el aborto fue una decisión precipitada en la que no se tomó en cuenta a todos los hidalguenses, sino simplemente obedecieron a intereses de unos cuantos, afirmaron el arzobispo de Tulancingo y los obispos de Huejutla y de Tula.
Una vez que el Congreso del Estado dio a conocer la aprobación que hicieron sobre el aborto, el arzobispo de Tulancingo, monseñor Domingo Díaz Martínez, el obispo de Huejutla, monseñor José Hiráis Acosta Beltrán y el obispo de Tula, monseñor Juan Pedro Juárez Meléndez el jueves después del mediodía dieron a conocer a través de un comunicado en sus redes sociales su preocupación y tristeza tras la decisión que se dio en el congreso donde se votó de manera dividida y precipitada una iniciativa que desprecia y pone en riesgo el derecho humano universal que reconocen los tratados internaciones, sobre todo de los más indefensos.
“Tenemos un deber moral en la defensa de la vida humana de los inocentes desde el momento de su Concepción hasta su fin natural” afirmó el arzobispo y obispos.
Las autoridades eclesiásticas consideran que, aunque los legisladores del estado recibieron en su investidura la legítima representación de las necesidades de los ciudadanos, una alta responsabilidad ética y democrática les exige escuchar el verdadero clamor de la población que pide se atiendan necesidades más urgentes y una ley que legaliza el aborto, no es una petición de los hidalguenses.
El arzobispo y obispos aseguran que los legisladores cayeron en la trampa que otros intereses ajenos a la identidad de nuestro pueblo y nuestro estado les han colocado.
Ya que los hidalguenses creen en la vida, la aprecian y la respetan, comprenden que frente a las adversidades que tienen muchas mujeres durante su embarazo son necesarias acciones en instituciones que las protegen, las cuidan a ellas y a las criaturas en su seno.
El aborto legalizado, simplemente destruye una vida y afecta sensiblemente a la madre.
DERECHO DE VETO DEL GOBERNADOR
Finalmente, el arzobispo y obispos piden al gobernador del estado medite concienzuda y profundamente sobre las implicaciones que esta decisión legislativa pudiera generar en nuestro pueblo, una resolución de esta trascendencia que cambia el valor de la vida de todos los hidalguenses no puede ser legislada sin escuchar al pueblo.
En sus manos está la posibilidad de escuchar a todos sus conciudadanos y ejercer su derecho al veto. En una resolución que no compartimos la mayoría de los hidalguenses y al querido pueblo de Dios, a los jóvenes y a los laicos les piden sigan trabajando a favor de la vida, a favor del bienestar integral de la familia, a favor de una salud materno infantil verdaderamente plena e integral.