Que pese el equipo

Que pese el equipo

Ante Holanda, la misma selección ante la cual el Minitri logró su primera final en la historia de este certamen, en 2005, la Selección Mexicana Sub 17 busca instalarse en su cuarto duelo por el título en esta categoría, y la clave está clara.

Jugar en equipo. Lo dicen tanto técnicos como futbolistas, en conferencias de prensa, entrevistas o charlas propias del vestidor. El concepto es recurrente, cuando las piezas parecen sueltas en un partido y las ideas también. En este lugar común, sin embargo, está la explicación de los triunfos de grandes campeones. Entre ellos está también el que se consagró en 2011. Si aquel plantel tenía algún secreto era ése: ser un mismo cuadro, sin egos ni vanidades.

Los resultados acompañaron al Tricolor y luego lo llevaron a ser potencia. “En esta categoría, todo se basa en el juego colectivo, en el esfuerzo y sacrificio de cada uno. Tanto los que entran como los que salen. Un solo jugador no te puede ganar un partido. Ellos lo saben. Esa fue una de nuestras claves”, reveló Raúl GutiérrezDT monarca en ese año.

El momento cumbre llegó en el Estadio Azteca ante Uruguay. De aquella noche se recuerdan los goles de Antonio Briseño y Giovanni Casillas, el ensordecedor “¡México, México!”, las vendas de Julio Gómez y los abrazos de un grupo que se convirtió en familia.

“Teníamos un equipo discreto, pero fuerte. Tal vez sin los nombres de ahora. A nosotros nos divertía ver lo que pasaba. Por ejemplo, después de la herida en la cabeza de Julio Gómez (ante Alemania, en semifinales), todos llegaron a entrenar con su mismo vendaje. Eso era un mensaje. Habíamos vencido a Holanda, luego a Alemania. Teníamos que redondear nuestro viaje”, agregó.

Hoy, El Potro observa coincidencias con el actual Tri, aunque también una capacidad superior en lo individual, con la que puede marcar diferencia.

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