Los otros placeres de Kalimba
Kalimba inició su carrera como actor en televisión y teatro cuando tenía tres años, y aunque se da tiempo para estar presente en esas áreas, destaca más su paso por la música desde OV7 y después como solista, en donde lleva 15 años.
Esta última etapa la celebra con su quinto disco de estudio, Ya somos muchos y venimos todos. Sin embargo, no son las únicas actividades que disfruta, porque se considera una persona inquieta que experimenta. El intérprete de “Duele” juega golf y ha ganado cuatro torneos.
Cuando no está atendiendo a medios o produciendo música, se levanta a las 5:40 de la mañana para ir al campo, si tiene tiempo, juega hasta dos rondas, 36 hoyos. “Lo disfruto mucho, me encanta estar ahí. Para ser amateur, soy bastante bueno, siempre estoy entre los primeros 10 lugares de mi categoría, que es la B, me faltan cuatro por crecer”, detalló.
Lo practica dos o tres veces por semana, y aunque es algo que lo llena de placer, es un deporte que respeta, igual que la música y sabe que para ser un profesional, debe prepararse al máximo. “Sería una grosería decir que puedo ser igual de bueno que los expertos”.
También es amante de hacer stand up, considera que es una comedia inteligente. No le es fácil hacerla, por eso analiza el trabajo de la gente que admira, como Sofía Niño de Rivera, Isaac Salame, Daniel Sosa y Mau Nieto, y trata de prepararse para un buen acto.
“En México, a dos segundos de una tragedia, ya tenemos memes. El país es maravilloso para hacer stand up”, comentó orgulloso.
Entre sus placeres, también estaba el futbol, pero decidió dejarlo porque una lesión hubiera afectado sus giras musicales.Ahora prefiere verlo sólo por la televisión.La paternidad es otra área que también goza al máximo y trata de estar presente en la vida de sus hijos Aitana y Mikha, como su papá, el jazzista cubano Pablo Marichal (Poly), lo estuvo en la de él. “Mis hijos son una gran parte de mí y cada vez los disfruto más. Ser papá es una cosa que crece con el tiempo, con el amor que muestran. Ellos me acompañan a todas partes”, explicó.
Con Aitana arma rompecabezas, lo acompaña al estudio o se van a comer y con el pequeño, goza caminar detrás de él o cantarle con la guitarra. Cuando Kalimba está lejos del escenario, de su disquera y de un instrumento, le gusta llevar una vida normal, va al supermercado, lava trastes, y tiende su cama.
En la música le gusta experimentar, pero sabe que su trabajo es entretener, y en su nuevo disco reúne varios géneros, y trata de mandar un mensaje.
Aceptó ser Simón en el musical, Jesucristo Súper Estrella porque era un papel que requería de poco tiempo y aunque la exigencia vocal es mayor, no le temía porque tiene una formación en el teatro musical, durante su infancia trabajó con Julissa en la obra de Vaselina, donde adquirió disciplina y formación.
“He recibido críticas constructivas. Ese halago no es para mí, sino para todos los directores que han pasado por mi vida. Para Patricia Reyes Spíndola o Julissa, de alguna manera soy el resultado del trabajo de muchas personas talentosas”, afirmó.
Kalimba asegura modestamente, que sería penoso de su parte ofrecer un trabajo mediocre, cuando tiene 33 años, y éste es es el quinto musical que protagoniza en su carrera.