Hospitales están saturados, nos piden no salir de casa: mexicana en Italia
Soy Gissel Sorchini, originaria de la Ciudad de México, soy traductora, tengo 42 años y vivo desde hace 16 en la provincia de Monza en Brianza, en la región de Lombardía, Italia, la más afectada por el coronavirus.
En estos días, la situación se ha vuelto un poco más crítica, con más ansia, hace tres semanas que los niños no van a la escuela, las iglesias están cerradas, los hospitales están muy saturados, el gobierno nos pide no salir de casa para evitar más contagios, porque no es una ligera influenza, es algo muy grave, les está pegando sobre todo a los ancianos y ahora también a los jóvenes. El contagio se está dando muy rápido.
Cuando empiezas a ver las reacciones de doctores sobre las cifras de contagios y muertos, te preocupas, he pensado “a lo mejor puedes ser uno de ellos y no sé si la puedo librar, no sé si habrá un espacio para mí y mi familia en el hospital”, por eso es la tensión.
Es muy fuerte la emoción, casi me pongo a llorar, cuando me escriben mis amigos y habló con mis familiares, es una impotencia que no puedes verlos. No es fácil, quieras o no te quitan tu libertad, pero si sirve para no contagiar ni contagiarte, se respetan las reglas.
El gobierno ordenó cerrar todo
Bares, restaurantes y estéticas optaban por cerrar debido a la restricción de evitar contacto y mantener un metro de distancia entre personas. El miércoles pasado, el gobierno ordenó cerrar todo. Sólo quedan abiertos los supermercados, farmacias y bancos.
Tengo dos hijos. Las escuelas están paradas hasta el 3 de abril. Los maestros nos mandan las tareas por internet.
Todos dicen que Italia fue el culpable de los contagios en Europa. Ahora somos los que estamos pagando los platos rotos, somos los apestados. Nadie quiere venir para acá. Pero hay noticias de que la primera persona infectada en Europa fue un alemán que estuvo en China.
En muchos lugares ya hay retenes, si vives en Lombardía y por trabajo tienes que ir a la región de Véneto, u otras provincias, debes llevar una autocertificación y decir tus motivos, en el retén revisan el documento y regresas. Si viajas en un medio de transporte, los carabineros, los policías te preguntan por qué viajas, a dónde vas y cuándo regresas.
La autocertificaciónn se llena de buena fe, se espera que seas honesto, pero si mientes o sales por un motivo injustificado, te imponen multa de 206 euros y hasta cárcel por tres meses.