Los ponen a trabajar
TAPACHULA. Ya son 145 indocumentados los que reciben del gobierno federal 170 pesos diarios por colaborar en distintas brigadas, dentro de los programas de empleo temporal para migrantes.
Se trata de cubanos, nicaragüenses, hondureños, guatemaltecos y salvadoreños que habitan el albergue Jesús el Buen Pastor para el Pobre y el Migrante, en Tapachula.
La oferta laboral es mientras esperan su regularización y posteriormente pasarán la plaza a otra persona, sucesivamente hasta diciembre de este año. La semana pasada recibieron la primera quincena de 2 mil 380 pesos, por 14 días trabajados.
Hace un mes, representantes del gobierno federal visitaron el albergue que cuenta con espacio para 300 personas, pero, ante la crisis humanitaria en la frontera sur, recibió a 400 más.
Olga Sánchez Martínez fundadora del lugar, dijo a El Heraldo de México que es la primera vez que el gobierno voltea a verlos, incluso en materia de salud. Hasta mediados de junio, habían sobrevivido por la caridad y el esfuerzo de los voluntarios.
Hombres y mujeres están divididos por brigadas de albañilería, pintura, plomería, mantenimiento, cocina y limpieza, para rehabilitar el mismo albergue.
Una empresa de tiendas departamentales los apoya con material para construir más baños y el gobierno federal paga la mano de obra a los migrantes. Además, realizan embellecimiento de espacios públicos, como parques y banquetas.
“Primero, nosotros apoyamos voluntariamente y hace poco la madre Olga nos dio la buena noticia”, relata el caribeño Manolo, de 62 años, de edad, quien llegó a México hace cuatro meses y está a punto de obtener su visa humanitaria.
Diez días después de la visita de las autoridades también recibieron una tonelada de alimento, “ahora sí se les puede dar comida a tres veces al día anteriormente sólo nos alcanzaba para una vez”, dijo Sánchez Martínez.
Están abastecidos con arroz, pasta, sardinas, atún, frijoles, lentejas, entre otros insumos.
“ Hay mucha gente en Tapachula, es la que se ha rezagado de las caravanas. Invitamos a la población a no temerles, son personas que buscan trabajar y hay que aprovechar su mano de obra”, dijo la religiosa.