Ocho muertos y un lesionado deja ataque en negocio de videojuegos en Michoacán
Los video juegos siguen siendo noticia mortal, pero ya no en Coahuila, como lo dijo con escasa fortuna el gobernador Miguel Angel Riquelme para intentar explicar la tragedia de Torreón en la que un niño de 11 años asesinó con las armas de su abuelo a su maestra, hirió a varios compañeros y luego se suicidó.
Este lunes, en Uruapan fueron asesinadas 8 personas y una resultó lesionada en el ataque a un negocio de videojuegos. Ni el móvil ni las circunstancias han sido establecidas por la autoridad.
Pero no deben ser necesariamente los videojuegos la causa de la violencia, porque en los últimos días en Michoacán, concretamente en Zumpimito, fueron descubiertos 11 cadáveres en una fosa ilegal, y no se sabe si alguno de los difuntos era afecto a los videojuegos.
Michoacán fue la entidad en la que, apenas tomó posesión, Felipe Calderón inició la guerra contra el crimen organizado que continuó Enrique Peña Nieto y que Andrés Manuel López Obrador ha concluido cambiando de estrategia: abrazos en lugar de balazos.
A partir de los acontecimientos, la política de pacificación de la Cuarta Transformación no ha dado resultados, al menos en Michoacán, Guanajuato, Jalisco, Guerrero y en el resto del país.
