Protestas colapsan Cataluña
Más de medio millón de independentistas catalanes se reunieron ayer en el centro de Barcelona, en una jornada de huelga general, para protestar por la sentencia que condena por secesión a sus líderes a más de nueve años de prisión por el intento separatista de 2017.
Unas 525 mil personas, según la Policía local, se congregaron en el centro de la capital catalana y protestaron de forma pacífica, después de llegar a pie en cinco marchas desde distintos puntos de esa región española que acabaron en Barcelona.
Encabezando la manifestación, una pancarta con el lema “Por los derechos y las libertades, huelga general” y un lazo amarillo, símbolo de protesta por la prisión de los nueve líderes independentistas.
A diferencia del carácter pacífico de la manifestación principal, otra concentración paralela registró incidentes graves, algunos heridos y varios detenidos.
El ministro español del Interior, Fernando Grande-Marlaska, cifró en unos 400 los independentistas violentos que están protagonizando los incidentes “de forma organizada” contra la Policía y en una zona específica.
Después de cinco días de disturbios, el presidente del Gobierno español, el socialista Pedro Sánchez, dejó claro ayer que el Estado de derecho “no puede ceder al impulso de la exaltación” y avisó al presidente regional catalán, Joaquim Torra, del peligro de “banalizar” la violencia.
Desde Bruselas, donde asistió al Consejo de la UE, Sánchez recalcó que “no habrá impunidad” ante los hechos “vandálicos”.
El expresidente regional catalán, Carles Puigdemont, se presentó ayer ante la fiscalía belga a raíz de la nueva euroorden de detención dictada contra él por un juez español.
Puigdemont, que quedó en libertad con medidas cautelares, tendrá que comparecer el 29 de octubre. A la situación se refirió también el ministro español del Interior, quien consideró que “debe ser entregado a España” para ser juzgado.