EDITORIAL
Campañas proselitistas, ilusiones y realidades
Culminaron finalmente los 40 días de campañas proselitistas que realizaron los candidatos que buscan las presidencias municipales en el estado de Hidalgo y específicamente en la región Tula-Tepeji, donde se realizaron en un ambiente completamente diferente al de otros años, ya que ahora se vive con la pandemia del COVID-19.
Sin embargo, esto no impidió que los aspirantes salieran a intensos recorridos por cientos de kilómetros y lo hicieron a pie, en bicicleta, a caballo y en todos los medios de transporte imaginables.
Se les podía ver a toda hora en intensas giras que trataron de aprovechar al máximo, ya que en esta ocasión no pudieron realizar los tradicionales y multitudinarios mitines en los jardines o plazas públicas de las localidades.
El esfuerzo fue mucho, no cabe duda, y la intención de ganar es enorme, pues todos presentan lo mejor de ellos y sus propuestas para gobiernos ejemplares, honestos, trabajadores, con toda la intención de atender a la gente, etc., etc., etc.
Realmente son periodos que atraen a la gente y la hacen sentir importante y que ahora sí serán tomados en cuenta para los próximos alcaldes.
Todo se ve muy bonito, con mucho ánimo, canciones, corridos, banderas de los colores partidistas, gente que se une y echan porras……todo bonito y animado, no cabe duda.
Sin embargo, la pregunta es inevitable ¿qué pasará después? ¿cómo llegarán a gobernar? ¿seguirá ese sueño y las palabras dulces y atractivas que conquistaron al electorado?
La respuesta desafortunada es que muy probablemente NO, y que seguramente todo continuará como estaba, porque así como por arte de magia, se acabaron los sueños y las ilusiones, y todo o al menos la mayoría, vuelve a ser igual.
Ya sabemos que quienes quedan como presidentes integran sus grupos de trabajo con sus cuates y comienzan a pagar los cientos de «favores» que recibieron para tener recursos cuando estaban en busca del voto.
Se trata de «negociaciones» y compromisos que deben pagar y entonces sus promesas comienzan a desvanecerse y la vida sigue igual, no hay obras ni acciones, sólo una bola de amigos en las presidencias y el dinero se reparte entre los que son más cercanos.
Las comunidades y colonias se quedan esperando otra vez y nadie vuelve a acordarse de ellos, además de que comienzan las antesalas para ser recibidos si requieren alguna obra o apoyo….
Suena muy duro, pero todos sabemos que esta es la realidad y que sólo algunos, muy pocos desgraciadamente, muy pocos presidentes realmente llegan a realizar un buen gobierno.
Sin embargo, sólo queda esperar y acudir a votar con la ilusión de que haya un bueno gobierno que beneficie a todos. La historia se repite y veremos qué pasa en esta ocasión.