EDITORIAL
Vemos cómo sufren madres, esposas, hermanos, yernos y principalmente los niños huérfanos. Todos claman por más ayuda de las autoridades y afirman que sus parientes acudieron a la fuga de gasolina porque había un severo desabasto a principios del año pasado y que dijeron en facebook que estaban regalando la gasolina.
Desafortunadamente, la enseñanza de no tocar lo que no es de uno, de robar lo ajeno, ha sido muy cara y todavía durará por mucho tiempo. Sí bien es cierto que hay pobreza en Tlahuelilpan, también es cierto que por nada puede aceptarse el hecho de robar y desgraciadamente la gente que murió estaba tomando lo que no era suyo e incluso, se vio en fotografías y vídeos como se bañaban literalmente con la gasolina de la fuga, eso era una fiesta donde todos reían.
Todo esto indica que el fenómeno del huachicoleo se había vuelto algo normal y que se tomaba como si fuera una actividad legal, cuando realmente es un robo. ¿¿¿Tampoco se puede argumentar que no había gasolina y fueron a tomar “un poquito” de combustible porque dijeron que “lo estaban regalando” ??? y entonces vale la pena preguntarse ¿se regala la gasolina? ¿puede haber gente tan inocente que crea que dan gasolina de Pemex en un ducto?
Todo es realmente deprimente, las afirmaciones de los familiares y los niños huérfanos que quedaron como saldo de esta tragedia y aquí habrá que ver si el gobierno tiene la obligación de otorgarles apoyo para manutención y estudios hasta que sean mayores de edad o debería hacerlo solo por convicción y ayuda solidaria.
El presidente López Obrador dice que la gente debe entrar al programa Jóvenes sembrando el futuro, pero esto no suena como una solución real porque es muy bajo el salario y después ¿qué harán en su vida? Porque no se habla a futuro ni de fuentes de empleo sólidas y permanentes.
Todo esto es muy complicado y se debe desgraciadamente a la ambición por querer tener algo (gasolina) que no era de su propiedad. Muy triste historia.