¿Cómo vamos a olvidar la inundación si ni siquiera tenemos dónde vivir o dónde dormir? Se preguntan afectados por esta tragedia, que a cuatro meses de distancia no pueden salir adelante

¿Cómo vamos a olvidar la inundación si ni siquiera tenemos dónde vivir o dónde dormir? Se preguntan afectados por esta tragedia, que a cuatro meses de distancia no pueden salir adelante

Es una pena saber que después de quedarse sin el patrimonio de toda una vida ante las inundaciones del pasado septiembre en Tula, existan personas que hasta quieren quitarse la vida porque no encuentran la salida, porque no tienen nada, expresó Angélica Marisol Salazar Huerta, quien también fue afectada en su domicilio por las aguas negras del río Tula.

     En entrevista, la residente del fraccionamiento Chapultepec en la colonia Jalpa dijo que recientemente tuvo conocimiento de una adulta mayor que aparte de perder sus posesiones durante la emergencia, se quedó sin un solo peso, debido a que durante la contingencia extravió la tarjeta donde tenía el dinero de su fondo de ahorro para el retiro y que, quien la encontró, “se la vacío”.

SENTIMIENTOS DE UNA FUERTE DEPRESIÓN

Por ello, amplió que la damnificada, sufre de desesperación, y a diario se cuestiona: ¿para qué vivo?

     Contó que la afectada está muy deprimida y que personalmente siente tristeza por saber la situación tan crítica que se atraviesa en este particular caso, y, sobre todo, al no poder ayudarla, dado que todos atraviesan por una situación crítica, como todos los perjudicados.

     Como prueba de sus ello sostuvo que en su colonia, a más de 3 meses y medio de la tragedia, los habitantes de más de 70 viviendas de las 85 que quedaron bajo las aguas residuales, no han podido regresar a sus hogares, debido a que sus casas están literalmente en ruinas.

     Este medio recorrió la zona de afectación y constató el abandono en el que están los apartamentos, de los que aún se despiden malos olores y en los que se conserva la humedad, además de que hay algunos que están totalmente destruidos por dentro.

     Y es que, por separado, según contó Antonia Fuentes Escamilla, otra de las afectadas del citado desarrollo habitacional, no hay dinero para hacer las reparaciones necesarias en los inmuebles, que, dicho sea de paso, no están en condiciones de habitar porque no hay certeza de que no sufran colapso.

     La mujer, de 51 años de edad, señaló que en su caso, perdió casa y negocio, por lo que temporalmente no tiene empleo y afirmó que de pilón, a casi 4 meses de la inundación, no le han dado nada de apoyo por parte de la Secretaría del Bienestar: “ni la ayuda de 10 mil pesos, ni los enseres domésticos que ya repartieron a la mayoría.

SECRETARIA DEL BIENESTAR NO CENSÓ BIEN

Explicó que el motivo por el que no ha sido tomada en cuenta, se debe a que, al momento de que le tomaron los datos por parte del gobierno federal, la censaron mal, lo que no es su culpa, por lo que reclamó, lo que por derecho le corresponde.

     Bajo ese contexto, Angélica Salazar y Antonia Fuentes comentaron que Tula y su gente aún no pueden olvidar la inundación ni levantarse de la desgracia para pensar en otras cosas porque el dolor y la desesperación, ahí sigue estando, a flor de piel, como lo planteó el gobernador Omar Fayad Meneses el pasado martes durante su visita a la ciudad.

     “Cómo vamos a pensar en otras cosas si ni siquiera tenemos dónde vivir, cómo vamos a superar esta situación si no tenemos ni dónde dormir”, reclamó Toñita, como le llaman sus vecinos.

     En tanto que Salazar Huerta aseveró l que quizá el mandatario estatal dice que ya se debe olvidar, porque a él no le ocurrió nada, porque él no perdió su patrimonio, sus hijos están bien y no ve de cerca que el dolor y el sufrimiento de la gente, ahí sigue estando día a día, al igual que la necesidad de alimento y dinero cada día.

     Por último, Martín Barrera, comerciante de la zona centro, estimó que más de la mitad de los damnificados aún no han podido regresar a sus hogares, debido a que no están en condiciones de habitarse, y reclamó la falta de cumplimiento de la palabra del presidente Andrés Manuel López Obrador, acerca de que habría apoyo para la reconstrucción de viviendas por parte del Ejército.

     “El 6 de enero se van a cumplir dos meses de la visita del ejecutivo federal, sin embargo, a la fecha, no se ve nada de apoyo en el sentido de la rehabilitación en los hogares”, finalizó.

     Cabe resaltar que durante la segunda y tercera semana de septiembre, Tula y nueve de sus localidades sufrieron de inundaciones sin precedentes debido al desbordamiento de los principales ríos que atraviesan la demarcación, contingencia que dejó a más de 35 mil damnificados.

     Según versiones de los damnificados, a tres meses y medio de la emergencia, la mayor parte de ellos aún no pueden retornar a sus hogares, que se encuentran totalmente destruidos, algunos, a punto del colapso.

GRAN CANTIDAD DE CASAS SIGUEN SIN HABITARSE

LA REGIÓN recorrió diversos polígonos que se vieron afectados como el fraccionamiento Chapultepec y la calle Manuel Rojo del Río de la colonia centro. En el primero se dio cuenta que poco más de 70 de las 85 viviendas que se sumergieron en las aguas negras aún siguen sin habitarse. En el caso de la céntrica calle, al menos 20 inmuebles que fungen como vecindades, aún están desocupadas.

     Los afectados coinciden en que de los tres órdenes de gobierno ha sido escaso el apoyo que se ha recibido, dado que la mayor parte la han recibido de particulares y de la iniciativa privada.

     Cabe mencionar que durante su visita del pasado martes, el gobernador Omar Fayad señaló que los tulenses tienen una enorme resiliencia, por lo que dijo que ya es hora de pensar en otras cosas más allá de la inundación, y llamó a la Capital Tolteca a terminar de levantarse.

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