El Infonavit, una historia de saqueos
- Bajo un esquema poco claro, ahora el dinero de los trabajadores servirá de financiamiento para construir un millón de viviendas
Por Ángel Bocanegra
Ciudad de México.- La reforma al INFONAVIT será la palanca para cumplir la meta de construir supuestamente un millón de viviendas en este sexenio, bajo un esquema poco claro y en el que el dinero de los trabajadores servirá de financiamiento, pero que al fin y al cabo no será la primera vez.
A lo largo de la historia, el Instituto en poco ha contribuido para garantizar el derecho constitucional de la vivienda, pero sí para grandes negocios de desarrolladoras, las que prácticamente obligan a los beneficiarios de un crédito a comprarles con un disfrazado contubernio con ese organismo.
Con la anuencia de legisladores y del “charrismo sindical”, los trabajadores han sufrido los atropellos de varias reformas que tuvieron el único objetivo de cargarles el costo de la corrupción y del contubernio con empresas constructoras que edificaron viviendas de pésima a mala calidad.
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No sólo eso, sino que también en la gran mayoría de los casos las dimensiones de los espacios habitacionales tampoco son medianamente habitables para una familia de cuatro integrantes, o incluso fueron edificadas en zonas alejadas o incomunicadas. Pero no había de otra más que comprar.
El ahora expresidente Andrés Manuel López Obrador se cansó de acusar en su mandato que todos los cambios a la Constitución fueron para perjudicar a los trabajadores, no para beneficiarlos, y el caso del Infonavit no fue la excepción.
No se diga de los casos de corrupción en los que se han visto involucrados desde funcionarios, notarios, jueces, despachos de abogados y de cobranza, desarrolladoras y “coyotes”, para despojar a los trabajadores de su vivienda por atraso de pagos.
Qué decir de los miles de millones de pesos que salían de las arcas del Instituto para financiar desarrollos inmobiliarios vinculados con representantes de los empresarios o de los propios trabajadores en el Consejo de Administración del Instituto, amigos o compadres.
O el pago a los hermanos Rafael y Teófilo Zaga Tawil, de la empresa Telra Realty, que recibió cinco mil millones de pesos por la terminación de un contrato en la gestión del hidalguense David Penchyna como director general, y que había sido firmado en la etapa de Alejandro Murat.
La historia del saqueo y mal manejo de los recursos de los trabajadores no ha sido cualquier cosa a lo largo de los años, y ahora se pretende utilizar, según la oposición, 2.4 billones de pesos para cumplir la meta de vivienda de Claudia Sheinbaum.
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