El obispo de Tula celebró misa por los 6 meses de la explosión de Tlahuelilpan
Aseguró que a pesar del gran dolor por las pérdidas humanas, sus vidas tienen que seguir adelante
Al celebrar la misa de conmemoración de los seis meses de la explosión de un ducto de Pemex en la comunidad de San Primitivo, que costara la vida a 137 personas, el obispo de la Diócesis de Tula, Juan Pedro Juárez Meléndez consideró que es hora de que la vida de los dolientes vuelva a la normalidad.
El jerarca del catolicismo aseveró en entrevista que la vida tras la tragedia tiene que continuar, y aunque dijo entender el dolor de los afectados señaló que los deudos no tienen que sumirse en el dolor.
En tal sentido opinó que el mejor homenaje que pueden hacer a los caídos es continuar sus vidas.
Recordó que desde el 19 de enero del presente, personal de la Dimensión de Fe y Compromiso Social del episcopado mexicano estuvieron en Tlahuelilpan para acompañar a los afectados en su dolor.
El prelado enfatizó que la intención de la ayuda emocional, psicológica y de fe prestada por la Iglesia desde el día posterior a la deflagración buscó ayudar a obtener la pronta resignación.
El auxilio episcopal no es el único que se tuvo, porque la Diócesis de Tula, del martes 16 de julio a este 29 del mes, se tuvo terapia psicológica y de acompañamiento de psicólogos clínicos de la universidad de Tlaxcala, quienes ayudaron con el proceso de superación a las familias afectadas,
“Durante la intervención de los expertos se logró atender a 51 familias, aunque sólo 26 lograron concluir el curso de resiliencia”, detalló.
El sacerdote celebró que “gracias a Dios a seis meses de lo ocurrido se ha podido conseguir en su mayoría continúen”, pero reconoció que una minoría sigue con problemas, sin precisar el número.