Hasta enfermarse de gripa sale caro; aumentan las medicinas 14.66%

Hasta enfermarse de gripa sale caro; aumentan las medicinas 14.66%

  • En enero de 2023 comprar unas tabletas, un jarabe, algún ungüento y tés para tratar el cuadro gripal, costaba $872.00; en enero de 2024 esa misma compra significa gastar $1,008.00
  • El sector salud no ha respondido a la altura de las circunstancias al no llamar a la población a observar el protocolo de prevención para evitar mayores contagios o enfermedades

La parte oculta de la era post COVID son los daños colaterales que generó a la salud pública del país. Provocó inmunodeficiencia en gran parte de la población, lo que se ha visto reflejado en esta fría y contaminada temporada invernal a la que todavía le quedan un par de meses por venir.

Se han conjugado cuadros de resfríos y gripes y, por supuesto, neumonías, bronquitis, influenza y nuevas variantes de COVID, enfermedades que, sin ser consideradas mortales de entrada, exigen cuidado para evitar complicaciones y consecuencias letales.

El tratamiento para aliviar estos cuadros gripales suelen incluir tabletas, jarabe, algún ungüento y tés. De un sondeo realizado por la Alianza Nacional de Pequeños Comerciantes (ANPEC) se desprende que el costo promedio de estos insumos va desde los $262.00, adquiriendo medicinas genéricas, hasta los $1,008.00 si se opta por medicamentos de patente.

De este mismo estudio se advierte que, en comparación con los costos del año pasado, se tuvo un incremento de 14.66%. Sin lugar a dudas la economía popular se está viendo afectada por este gasto recurrente de consumo obligado de medicinas.

GRIPES MÁS SEVERAS

“Los casos de resfríos y gripes son cada vez más severos. La gente suele caer en cama, sufre de una condición irregular de sueño, problemas respiratorios que los lleva a no poder oxigenar su cuerpo como debe ser, padeciendo todo esto por varios días y hasta semanas, es decir, estas enfermedades se han prolongado más de lo normal.

En consecuencia, las personas tienen que ausentarse de sus trabajos y, quienes no pueden darse ese lujo, acuden a sus labores a medio vapor, con cansancio, tos, pecho congestionado, escurrimientos nasales y todo esto sin seguir medida alguna de prevención para evitar contagios”, explicó Cuauhtémoc Rivera, presidente de ANPEC.   

Las personas que se enferman no logran aliviarse con la medicación regular de libre prescripción. Los medicamentos de alta demanda popular no están siendo tan efectivos como lo eran antes. Esta factura postdatada de la pandemia que padecimos en 2020-2021 aún nos está generando estragos sanitarios y económicos. No quedamos aliviados del todo al no recuperar el estado de salud que teníamos previo al COVID.

MÁS DIFÍCIL PARA DOCTORES

Por otro lado, los doctores no acaban de atinar en un diagnóstico justo de estas enfermedades, les resulta complicado dictaminar a ciencia cierta si los padecimientos se originan por una bacteria que genera infección o si se trata de una enfermedad viral, provocada por el medio ambiente gélido y contaminado.

Esta disyuntiva causa muchos diagnósticos errados y, en consecuencia, prescripciones incorrectas, siendo este otro de los factores por los que se prolonga la enfermedad. Al tomar medicamentos inadecuados, la gente no se cura y gasta más.

La PROFECO y la COFEPRIS, organismos del estado encargados de regular el mercado, brillan por su ausencia al no tener músculo para controlar el precio y la calidad de las medicinas que se venden en México. Esto afecta la economía familiar y es una mancha más al tigre de parte de la inflación que vive nuestra economía.

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