Miguel Ángel Granados Chapa Periodista hidalguense (1941- 2011)
Miguel Ángel Granados Chapa nació en Real del Monte, Pachuca, Hidalgo un 10 de marzo de 1941 y falleció en la Ciudad de México el domingo 16 de octubre de 2011, víctima de cáncer a los 70 años de edad.
Estudió en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) dos carreras de manera simultánea: derecho y periodismo. Posteriormente hizo el doctorado en historia en la Universidad Iberoamericana.
En 1977 empezó a publicar la columna Plaza Pública en la revista Cine Mundial, misma sección que posteriormente publicaría en otros diarios como Reforma, Mural y El Norte.
Tambien escribió columnas para otros diarios: “La calle” en el Diario de un Espectador; e “Interés Publico” en el diario Metro y en el semanario Proceso.
De 1988 a 1990 fue Director de La Jornada, diario de izquierda. Entre 1990 -1994 fungió como Director General de la revista Mira.
En 1994 Granados Chapa participo en el Consejo General del Instituto Nacional Electoral (INE) donde fue Consejero Ciudadano por dos años. A la par que el país se desestabilizaba con el alzamiento zapatista en el sureño estado de Chiapas y se desataba una serie de crímenes de estado aun no resueltos. Es memorable la entrevista que Granados Chapa realizó al líder guerrillero del movimiento zapatista. Sin duda la primera entrevista que el Subcomandante Marcos concedió a los medios de comunicación.
Además de ser autor de varios libros donde hizo minuciosas investigaciones historicas. Su trabajo de periodista lo alternó con la docencia, la investigación y la política. No solo fue un prolífico escritor donde destacó como analista agudo y mordaz en temas políticos y sociales, sino que ocupó varios cargos administrativos como director o subdirector de los diarios más importantes de la época. En 1976 fue Subdirector editorial de Excélsior. En 1977 ocupó el cargo de Director y Gerente de la revista Proceso de la que fue fundador junto con Julio Scherer tras el golpe de estado del Presidente Luis Echeverría Álvarez dado al periódico Excélsior el 8 de julio de 1976.
Su trabajo periodístico fue llevado a la radio y la televisión donde también destacó presidiendo las principales notas informativas del diario acontecer de México y el mundo. En 1977 fue Jefe de noticiarios de Canal 11. Entre 1978 a 1979 fue Director General de Radio Educación.
En Radio UNAM transmitió desde 1994 hasta su deceso un programa matutino de lunes a viernes con el título homónimo de su columna escrita: Plaza Pública. El mismo año que el ex presidente Carlos Salinas de Gortari anuncio ante el mundo que México dejaba de ser un país pobre para formar parte de los países desarrollados o neoliberales.
En 1997 fundó el suplemento de libros Hoja por Hoja. También incursionó en la política en su estado natal. En 1999 fue designado candidato a Gobernador por el Estado de Hidalgo por el Partido de la Revolución Democrática (PRD), partido de izquierda presidido por Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano, Porfirio Muñoz Ledo, Andrés Manuel López Obrador, Rosario Ibarra de Piedra; entre otros. Elecciones que perdió contra su contendiente del PRI, porque en México un hombre honesto es difícil que destaque en política.
En el ámbito académico fue profesor en varias instituciones: Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM, Escuela de Estudios Profesionales Acatlán de la misma UNAM; Universidad Iberoamericana y Escuela de periodismo Carlos Septièn García.
En vida se hizo acreedor de merecidos homenajes y reconocimientos a su labor intelectual. Obtuvo en tres ocasiones el Premio Nacional de Periodismo 1981, 2004 y 2006. En 2002 recibió el premio Universidad Nacional a cargo de su alma mater.
En 2008 recibió la máxima presea que otorga el Senado de la Republica a destacados políticos e intelectuales, medalla Belisario Domínguez.
Tambien en 2008, el mismo año que le fue diagnosticado cáncer fue nombrado miembro de número de la Academia Mexicana de la Lengua por su puntual manejo de lenguaje en sus escritos.
Entre sus cualidades como periodista y escritor Granados Chapa se destacó sobre todo por su prodigiosa memoria y por ejercer siempre el análisis riguroso de los hechos. Al realizar una entrevista prácticamente desarmaba a su interlocutor, haciendo preguntas agudas en el momento exacto. Imparcial en el análisis, inmutable y sereno frente a situaciones difíciles, el comentario certero y puntual fue una práctica que caracterizo su trabajo como periodista.
Su integridad y compromiso con las causas sociales le valieron el respeto de la gente que lo rodeaba, pero también el recelo de los grupos de poder que sentían amenazados sus intereses económicos. Por sus brillantes y controvertidos textos fue desde su época estudiantil perseguido por la policía de estado y luego por el CISEN, afortunadamente no corrió la misma suerte que su colega y maestro Manuel Buendia. Dos grandes periodistas del siglo XX dignos herederos de la pluma de sus antecesores decimonónicos.
