Pide dirigente indígena volver a la siembra tradicional del maíz
Santiago Bautista Hernández, presidente de la asociación del pueblo indígena de la comunidad de San Juan Bautista, en Tezontepec de Aldama, urgió a que el grueso de campesinos del municipio apueste por el rescate de las técnicas ancestrales de siembra de maíz, para así poder frenar el avance de los plantíos transgénicos en el Valle del Mezquital.
A pie de una parcela demostrativa de un maíz nativo llamado “El Rosita” u olotillo, el líder comunal señaló que el primer paso para la siembra “de la manera tradicional, o tapapi, como los abuelos lo hacían”, es plantar únicamente con grano seleccionado y hacerlo con luna creciente.
Indicó que los plantíos sembrados con las técnicas ancestrales se caracterizan por producir una caña de maíz con una altura aproximada de 5 metros, mientras que las de semilla trasgénica, a lo mucho rebasa los 2 metros con 80 centímetros.
El campesino abundó que de hecho, no sólo la vara es más grande, sino que también lo es el jilote que le sale al maíz, y la mazorca misma, que puede rebasar los 35 centímetros, en tanto que las convencionales son menores en 10 centímetros.
Bautista Hernández reconoció que la semilla de maíz nativo es más costosa, pero descartó que esta sea la razón por la cual el campesino común la ha dejado de producir.
En tal sentido, el entrevistado añadió que la principal razón por la que la técnica tapapi y el maíz nativo se han perdido se debe a que se cree que los sembradíos transgénicos son más rentables, ya que están listos para cosechar en un periodo de cuatro a cinco meses, mientras que, con la antigua técnica, el maíz tarda entre 2 y 3 meses más.
Por otro lado, refirió que el maíz nativo no es dañino para la salud humana, a diferencia de los transgénicos, que, afirmó, de acuerdo con estudios científicos -sin mencionar cuáles- son causa de enfermedades cancerígenas, del aparato digestivo y hepáticas.
Finalmente reiteró el llamado para que los productores de Tezontepec de Aldama rescaten el maíz rosita o de elotillo, ya que esto, además, les puede servir de ayuda a obtener el reconocimiento de la mención de pueblo indígena por la que han estado peleando desde 2017.
“En Tezontepec, nosotros somos descendientes directos de las culturas otomí y tolteca, aunque por las influencias de la modernidad se ha estado perdiendo aquí se habla hñäñhü y náhuatl, pero, el Congreso del estado, nos pide que además preservemos nuestras tradiciones, cultura, alimentación y técnicas ancestrales como la del sembrado tapapi”.