Puente colonial de Tula

Puente colonial de Tula

A escasos metros del puente Zaragoza y justo a medio río (antes de su ampliación) se encuentra un ahuehuete y un pilar de piedra y argamasa que sostenía el antiguo puente colonial de los siglos XVIII y XIX, según placa conmemorativa que se encuentra en el basamento de arranque. El antiguo puente de Tula iba directo a la Plaza Principal a través de la actual calle de Juárez.

Este fue el primer puente construido en la época colonial por donde se transitaba para ir a la capilla abierta que se encontraba dentro de la zona arqueológica. Las capillas abiertas fueron diseñadas al inicio del proceso de evangelización al notar los frailes que los pobladores tenían miedo de los espacios cerrados.

Para llegar a ella hay que atravesar toda la zona prehispánica en dirección sur. Fue costumbre entre los españoles edificar iglesias encima de los templos prehispánicos; esto con la finalidad de sustituir las antiguas creencias religiosas por la nueva doctrina católica. Se trata de una capilla de origen franciscano construida muy cerca el rio. Posiblemente fue reubicada debido a inundaciones.

La iglesia definitiva o catedral de San José se construyó 20 años más tarde entre 1543 y 1554. En 2013 arqueólogos de la Universidad de Texas en coordinación con el INAH y la diócesis de Tula encontraron en el atrio de la Catedral de Tula cimientos de una capilla colonial y restos de construcciones de origen azteca y tolteca con antigüedad de 500 a 1000 años.

Debido a estos trabajos de salvamento se descubrió que la catedral de Tula fue edificada sobre una plataforma de la cultura tolteca, la cual luego fue reutilizada por los aztecas. Estos hallazgos corrigen la idea que se tenía de que la catedral se había edificado sobre un terraplén artificial.

CAMINO AL TIANGUIS DOMINICAL

Sin duda por este puente transitaba gente y bestias de carga (burros) que jalaban pesadas carretas de madera y que llevaban todo tipo de productos al mercado dominical. Este tianguis o mercado se ponía en el actual jardín del centro de Tula; entonces Plaza principal donde se encontraba la casa del Edil, la cárcel y sin duda las primeras tiendas de abarrotes a cargo de españoles.

Hasta la década de los ochenta todavía se encontraban en pie viejas edificaciones en este lugar, muy al estilo español. Se trataba de altas y gruesas construcciones hechas con materiales del lugar es decir tepetate y piedras redondas de rio unidas con lodo o argamasa; así como techos de teja de barro cocido. Pasillos o patios con arcos de medio punto.

Todavía durante la primera mitad del siglo XX y a la sombra de frondosos fresnos la gente llegaba desde temprano procedente de los pueblos aledaños y tendía en el suelo sus mercancías para vender o intercambiar por productos artesanales. Muy temprano comenzaba el trajín de personas venidas de ranchos y pueblos de los alrededores.

De los pueblos llevaban productos comestibles como huevos, gallinas, guajolotes, leche, posiblemente quesos artesanales como es el caso de los propietarios de origen español del rancho “las bugambilias”, localizado en el pueblo de Santa Ana Ahuehuepan.

Con el dinero de la venta de estos productos la gente compraba velas de grasa de animal o cebo, lámparas de petróleo para alumbrarse durante la noche, azúcar, café, sal, arroz, frijol, maíz, trigo, chiles, jitomates manteca; ropa de manta, huaraches, sombreros, artículos de uso doméstico como cestos o canastos, vajillas de barro( jarros, platos, comal, molcajetes, etc.), ayates, mecapales para cargar agua en cantaros de barro y luego castañas de estaño, reatas para atar leña, entonces único combustible, entre otros.

LA INTRODUCCIÓN DE SERVICIOS

El alumbrado eléctrico en Tula debió introducirse durante el porfiriato y la red de agua potable hasta la segunda década del siglo XX. La vestimenta durante la época colonial y hasta el estallido de la revolución mexicana consistía para las mujeres en huipil o amplias faldas de manta o percal y reboso de bolita, los hombres solían portar calzón o sabana de manta y camisa e iban descalzos o con huaraches al igual que las mujeres y niños, ceñidor y a modo de portamonedas usaban pañuelos.

Entre los productos comestibles seguramente vendían productos de temporada como nopales, tunas, garambullos, granadas, higos, acaso duraznos, quelites, verdolagas, hueva de hormiga, arañas de mezquite, gusanos de maguey, los pueblos ribereños al rio posiblemente vendían pescado y algunas hortalizas como calabas, ejotes, habas, chiles, entre otros. 

Con los trabajos de ampliación del rio Tula el viejo pilar colonial está en peligro de desaparecer y con ello un testigo material de la historia arquitectónica de la época colonial en Tula.

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