El cometa Borisov, el nuevo viajero que nos visita de más allá del Sistema Solar
Esta fascinante historia comienza en Crimea, pero curiosamente, es ajena al conflicto militar que azota a la región en la actualidad. Más bien empieza en la residencia de Gennady Borisov, un astrónomo amateur que hizo un descubrimiento increíble.
El 30 de agosto de 2019, el señor Borisov estaba observando el cielo nocturno con un telescopio de 65 centímetros que él construyo por su propia cuenta. Aquella noche, observó lo que parecía ser un cometa, un objeto con cola, envuelto en una nube de polvo y gas.
Para el astrónomo ucraniano, este objeto era algo inusual porque no lo tenía registrado en sus notas, así que levantó el reporte.
El 24 de septiembre, la Unión Astronómica Internacional dio constancia de lo que otros astrónomos ya habían confirmado. Se trataba de un nuevo cometa interestelar, el segundo en ser observado desde el cometa Oumuamua, pero el primero en ser detectado aún en su trayectoria interestelar.
Por tal motivo, este nuevo visitante de nuestro Sistema Solar recibió el nombre oficial de 2I/Borisov, ‘2’ por ser el segundo, ‘I’ por ser un cuerpo interestelar y Borisov por ser el nombre del astrónomo que lo descubrió.
De acuerdo a una nota publicada este lunes en Nature Astronomy, el cometa Borisov tiene una velocidad de 32 kilómetros por segundo, su núcleo es de un kilómetro de diámetro y su envoltura de gases es rojiza.
Se cree que la procedencia de este cometa es Kruger 60, un sistema solar vecino que se encuentra a “solo” 13 años luz de nuestro planeta (es decir, tendrías que viajar 13 años a la velocidad de la luz para llegar ahí). Kruger 60 cuenta con dos estrellas enanas, por lo que es un sistema solar binario.
En lo que respecta a su trayectoria, Borisov entró por arriba de nuestro Sistema Solar, con una órbita hiperbólica, y en un plano perpendicular a las órbitas de la Tierra. Se calcula que el 7 de diciembre alcanzará su punto más cercano al Sol, entre las órbitas de Marte y Júpiter: 299 millones de kilómetros.
Aunque el cometa alcanzará su punto más brillante el 4 de enero de 2020, ya solo será visible desde el hemisferio sur, mientras se aleja del Sol a una velocidad espectacular, hasta que termine por abandonar el Sistema Solar dentro de un año, para nunca más regresar.
Cabe resaltar por último que los orígenes de estos cuerpos interestelares aún son un profundo misterio, a tal grado de que un astrónomo de Harvard planteó la teoría de que Oumuamua era una nave espacial. En el caso de Borisov, los astrónomos tendrán poco menos de un año para tratar de encontrar algunas respuestas sobre su naturaleza.