Un millonario quiere llevar un iceberg de dos kilómetros de largo a Emiratos Árabes para combatir la falta de agua dulce
En los últimos días, la idea de remolcar un iceberg desde la Antártida hasta el golfo Pérsico ha vuelto a los medios de comunicación. Abdulla Alshehi, el millonario promotor de la idea, cree que tener un enorme conjunto de hielo flotando a lo largo de la costa de los Emiratos Árabes Unidos podría proporcionar al país agua fresca y potable.
Lo curioso es que, a diferencia de otros proyectos parecidos, Alshehi está tan convencido de que el proyecto es viable que está ultimando los preparativos para lanzar la primera misión de prueba este mismo año. ¿Realidad, ficción o simplemente otra de esas ocurrencias que tienen en el golfo Pérsico?
Cuatro grandes objetivos Posiblemente, la primera gran pregunta que nos hacemos al escuchar hablar del proyecto es «¿Para qué?». Según Alshehi y su equipo, existen cuatro objetivos fundamentales que justifican la oportunidad del proyecto:
- Sería una fuente de agua potable que en un entorno tan árido como los Emiratos Árabes nunca está de más. Alshehi sostiene que su propuesta podría proveer de agua dulce a un millón de personas durante cinco años de forma mucho más barata que cualquiera de sus alternativas;
- No solo sería más barata que la desalinización, también tendría un menor impacto ambiental: según los informes ambientales que dicen tener, los promotores subrayan el mínimo impacto ambiental de tener un cubito en mitad del océano frente a las enormes cantidades de salmuera que se liberan diariamente al Pérsico y que ya están afectando a los ecosistemas de la zona;
- Por otro lado, los promotores plantean que es posible que la presencia del Iceberg pudiera promover un pequeño cambio climático regionalque aumentara las lluvias en la zona y supusiera un beneficio para la agricultura local. Hemos escrito sobre esto en varias ocasiones;
- Y, por último, aunque curiosamente puede ser el más razonable de todos, el turismo. Alshehi está convencido de que el concepto de «turismo glacial en el Golfo» puede ser una atracción turística en sí misma que genere ingresos propios.