Yakiri, juzgada por matar a su violador: “pasé de víctima a victimaria”
Yakiri fue juzgada por matar a su violador en defensa propia en 2013
El 9 de diciembre de 2013, Yakiri Rubio tenía 20 años. Ese día descubrió la fuerza de su cuerpo para sobrevivir ante la violencia feminicida e inició una lucha para demostrar que tras ser levantada, víctima de una agresión sexual, ella actuó en defensa propia.
“La intención de mi agresor era matarme después de violarme. Tenía cero probabilidades de salir con vida. Cuando él me hizo la primera herida en mi pecho, ahí me percaté que iba a morir”, narra a EL UNIVERSAL a 10 años de ser juzgada por homicidio con exceso de legítima defensa al matar a su violador con la misma navaja que él usó para intentar asesinarla, y por lo que tuvo que pasar tres meses en prisión y pagar una fianza de 423 mil pesos.
“Fui víctima de un levantón. Dos sujetos me suben a una motoneta amenazada con una navaja, me llevan al Hotel Alcázar en la colonia Doctores. Allí fui violentada sexualmente”.
Yakiri era una joven trabajadora, a quien le gustaba salir con sus amigas, interesada por la difusión de la cultura en Tepito.
Comenta que al salir del lugar pidió ayuda a unas motopatrullas que la llevaron a presentar su denuncia a la entonces procuraduría capitalina; sin embargo, fue revictimizada e incomunicada. Desconocía que su agresor había muerto a causa de la herida que le hizo.
“Al hacer la denuncia contra mis agresores pasé de víctima a victimaria”, enfatiza. La primera versión que se dio a conocer fue que asesinó a su novio por celos y venganza. Luego, que era trabajadora sexual, que tras haber sostenido relaciones y bajo el influjo de las drogas, lo asesinó.
Con ayuda de colectivas feministas, un año y medio después lograron la absolución.
Yakiri crítica a las instituciones y el término de exceso en legítima defensa. “Esto, si lograba demostrar que había sido víctima de violencia sexual, aunque ponían en duda tu palabra”.
A 10 años, considera que las instituciones no han cambiado y siguen actuando sin perspectiva de género.
“Yo ya lo viví, si alguien me hubiera enseñado antes cuáles eran mis derechos como víctima y las obligaciones de las autoridades, las cosas hubieran sido diferentes en la parte jurídica. No me habrían puesto el pie tan fácil. A lo mejor, desde antes hubiéramos tenido legítima defensa, pero no era un tema del que se hablara hace 10 años”.