Luego de más de 2 meses, sesionó de manera virtual el Cabildo de Tula
Luego de más de dos meses sin laborar, el Cabildo de Tula realizó ayer su primera sesión de Cabildo virtual, donde se acordó que será la siguiente administración municipal de Tula (2020–2024) la que decida el destino final de más de 3 mil 500 bienes muebles e inmuebles que el gobierno local autorizó desincorporar del inventario municipal.
En el marco de la vigésimo tercera sesión extraordinaria de Cabildo, la cual fue realizada de manera virtual para prevenir los contagios de coronavirus, se aprobó por mayoría de votos, la separación de los artículos.
La iniciativa “pasó” luego de que tuviera 19 sufragios a favor del dictamen de la comisión de Hacienda del ayuntamiento con abstenciones de las regidoras Guadalupe Peña Hernández y Rosa Olivia García Villeda, quienes dijeron no contar con la información suficiente como para poder avalar el resolutivo.
Externaron que no tenían la certeza de que los procedimientos se vayan a hacer de la manera más adecuada como para dar su aval: “ni siquiera tenemos los porcentajes de las haciendas a desincorporar”.
Ante ello, el alcalde Gadoth Tapia Benítez, quien fue el moderador de la sesión, pormenorizó que mil 716 bienes se encuentran en activo, lo que representa el 48 por ciento del total, los deteriorados son 599 para un 17 por ciento, mil 211 no localizados, lo que representa un 34 por ciento y 47 robados o extraviados, lo que equivale al 1 por ciento.
Destacó el alcalde de Tula, Gadoth Tapia Benítez el trabajo realizado por la Contraloría interna de la alcaldía, al hacer un esfuerzo ejemplar para lograr la actualización del inventario municipal, mediante la desincorporación de más de 3 mil 500 bienes muebles e inmuebles que ya resultan obsoletos, inservibles, que fueron robados o no son localizables.
Cabe resaltar que los 3 mil 573 bienes muebles e inmuebles a separar están valuados en un costo de venta de aproximadamente 19 millones 691 mil 985 pesos y 14 centavos y que se manejó que dependencias como la Secretaría del Medio Ambiente estatal (Semarnath), pudiera quedárselos o bien evaluar cuál es el método más viable para su destrucción.
No obstante, se insistió en que ya será el próximo gobierno municipal el que decida qué hacer con ellos ahora que el trabajo de actualización ya está hecho después de 20 años de que se heredó chatarra.