Declaraciones de Encinas, a destiempo, dicen padres de los 43 normalistas
Es una falta de respeto para las familias que confiaron en él, aseguran; “sus justificaciones son indefendibles”
Para familiares de los 43 normalistas de Ayotzinapa, organizaciones civiles y especialistas en derechos humanos, los señalamientos de Alejandro Encinas, expresidente de la Comisión para la Verdad y el Acceso a la Justicia en el caso Ayotzinapa (Covaj), en torno a que en su gestión se enfrentó a distintos obstáculos del viejo régimen para esclarecer el caso Iguala son a destiempo y justificaciones indefendibles que reafirman que al gobierno del presidente López Obrador nunca le interesó resolver el tema.
“Se le olvida a Alejandro Encinas que ahora el gobierno son ellos, que ahora la mafia del poder son ellos. Ya no Peña Nieto, ya no Calderón, ya no Fox, ya no Moctezuma II. Entonces, él tuvo todos los recursos económicos y humanos del gobierno y del Estado para resolver el caso, pero no se trataba de eso, sino de tirar la llamada Verdad Histórica de Jesús Murillo Karam, lo que no han podido porque no pudieron construir una versión alternativa mínimamente creíble”, dice Luis de la Barreda Solórzano, expresidente de la Comisión de Derechos Humanos del otrora Distrito Federal.
Este jueves, Encinas publicó un artículo en EL UNIVERSAL en el que argumenta que durante su gestión al frente de la Covaj se enfrentó al espionaje, acoso, amenazas así como a obstáculos y “sicarios mediáticos” para esclarecer la desaparición de los 43 normalistas.
“Durante la investigación para esclarecer la desaparición de los 43 normalistas enfrentamos desinformación, descrédito de sicarios mediáticos, espionaje, acoso judicial por parte de las personas bajo proceso e incluso amenazas abiertas con las que pretenden llamar mentira a la verdad”, expuso el exsubsecretario de Derechos Humanos, Población y Migración de la Secretaría de Gobernación.
De la Barreda Solórzano dice que lo escrito por Encinas “son excusas totalmente insostenibles. Es como si yo hubiera dicho en la Comisión de Derechos Humanos del DF, donde fui presidente, que no pude hacer bien mi trabajo porque me espiaban. ¡Claro que me espiaban! Pero eso para nada hubiera impedido que hiciera mi trabajo”.
Vocero del colectivo Verdad y Justicia por los 43, que agrupa a 14 familias de los normalistas desaparecidos entre el 26 y el 27 de septiembre de 2014, Felipe de la Cruz sostiene por su lado que lo escrito por Encinas “ya está fuera de tiempo y además es una especie de falta de respeto a las madres, a los padres de familia, porque los padres y las madres depositaron su confianza en este gobierno, principalmente en Alejandro Encinas. Hoy llegamos a 10 años de la desaparición forzada de los muchachos y todavía no sabemos el paradero de los jóvenes”.
Maestro de educación básica, recuerda que el 19 de octubre de 2023 Encinas, quien fue designado por la próxima jefa de Gobierno de la Ciudad de México, Clara Brugada, como titular de la Secretaría de Planeación y Ordenamiento Territorial, dejó sin ninguna explicación la Subsecretaría de Derechos Humanos sin darles ninguna explicación. “Como parte del movimiento y de las víctimas [su hijo Ángel Neri de la Cruz Ayala fue sobreviviente de los hechos de Iguala], nos sorprendió que Encinas dejara la comisión. Nunca entendimos la razón. Todo lo que manifestó el jueves lo debió haber dicho en su momento, ¿ya ahorita qué podemos hacer? La realidad es que llegamos al final de este sexenio sin saber qué fue de los jóvenes”, subraya.
En contraste con De la Cruz y De la Barreda, Vidulfo Rosales, representante legal de los padres de los jóvenes, cree que lo que dijo Encinas Rodríguez es verdad.
“Claro que es verdad lo que dice Alejandro, no hubo ninguna incapacidad; por el contrario, actuó con diligencia y aplomo y condujo una Covaj independiente, pero en efecto el Ejército lo hostigó y lo amenazó”, enfatiza.
Humberto Guerrero, coordinador de Derechos Humanos del organismo civil Fundar, Centro de Análisis e Investigación, resalta que las declaraciones de Encinas en torno a las amenazas y espionaje de que fue objeto son tardías.
“Para cualquier funcionario colocarse en papel protagónico en un caso grave de derechos humanos, como es la desaparición forzada, nunca tendrá lugar, nunca será una conducta adecuada. Hubiera sido mucho mejor que esa denuncia la hubiera hecho, por ejemplo, en el momento de su salida del cargo como subsecretario de la Segob. Quizá hubiera ayudado más al proceso, pero, bueno, al menos nos deja claridades sobre dónde está el verdadero problema del avance de esta investigación, que es la muralla del poder militar”, comenta.
Desde su óptica, lo escrito por Encinas Rodríguez, si bien intenta defender su trabajo al frente de la Covaj, muestra que la investigación del caso Iguala enfrentó distintas resistencias, principalmente del Ejército. “El Ejército no solamente obstaculizó las investigaciones de la Covaj, sino de la Unidad Especial de Investigación y Litigación para el Caso Ayotzinapa, adscrita a la Fiscalía General de la República y del Grupo Interdisciplinario de Expertos Independientes, porque ahora se sabe que elementos del Ejército estuvieron presentes en diversos momentos de la Noche de Iguala, durante y después de la desaparición de los estudiantes”, destaca.
Hilda Legideño, madre de Jorge Antonio Tizapa Legideño, uno de los 43 normalistas desaparecidos, comenta que en su momento se sintió defraudada por Encinas, sobre todo porque no les dio la cara cuando renunció a la Segob para sumarse al equipo de Brugada.
“Demostró incapacidad en continuar con las investigaciones, no sé, por temor, por amenazas o porque simplemente también formó parte de este gobierno, y únicamente nos engañó. Habría que preguntarle al señor cuál fue el motivo por el cual ya no quiso continuar, porque a nosotros no nos dio la cara”, agrega.
A 10 años de distancia de la desaparición de los 43 jóvenes, cuyas edades iban de 18 a 22 años, Hilda externa sentirse defraudada por el presidente López Obrador.
“¡Nos engañó! Consideramos que es una persona que no es capaz de cumplir su palabra porque no lo demostró. Existen las pruebas suficientes de que los militares tuvieron conocimiento de la desaparición de nuestros muchachos, pero ahora López Obrador los protege. Entonces, incumplió su palabra, nos engañó y utilizó al movimiento para llegar a la Presidencia”, recalca.